INDICE
Introducción…………………………………………………………………….
1
- Laparoscopia…………………………………………………………… 1
- Ventajas de la laparoscopia………………………………….... 2-3
- Inconvenientes de la laparoscopia…………………………… 3
- Indicaciones, contraindicaciones y técnicas posibles……… 3-4
Preparación
preoperatoria del paciente……………………………………..
4
- Procedimientos y pruebas generales………………………………… 5
- Procedimientos para la completa evacuación del colon…………… 6
- Profilaxis antibiótica…………………………………………………… 6-7
Anestesia general operatoria………………………………………………….. 7
- Prellegada del enfermo quirúrgico…………………………………… 7-8
- Llegada al bloque quirúrgico…..……………………………………… 8
- Enfermo en la mesa quirúrgica……………………………………….. 8-9
Anestesia
epidural……………………………………………………………… 9
- Procedimiento…………………………………………………………… 10
- Posibles complicaciones………………………………………………... 11
- Registro…………………………………………………………………… 11
Intraoperatorio por
laparoscopia……………………………………………… 12
- Formación del neumoperitoneo……………………………………….. 12
- Colocación de los trócares……………………………………………… 13-14
Descripción técnica
quirúrgica sigmoidectomía laparoscópica…………….
15
- Tiempo 1…………………………………………………………………. 15-16
- Tiempo 2…………………………………………………………………. 17
- Tiempo 3…………………………………………………………………. 18
Rol enfermera
circulante e instrumentista durante la IQ…………………… 19
Material utilizado
en cirugía laparoscópica…………………………………..
20-21
Cirugía
convencional…………………………………………………………… 22
Cuidados
postoperatorios del paciente……………………………………….
23-24
Objetivos del
trabajo……………………………………………………………. 24
Bibliografía………………………………………………………………………. 25-26
1.-INTRODUCCIÓN
El cáncer de colon, el desarrollo de una masa de tejido denominada neoplasia o tumor de crecimiento rápido, que se desarrolla en el colon.
Existen diversos factores de riesgo que favorecen la aparición de este tipo de cáncer, como la edad (50 años o mayor), las dietas con alto contenido en grasas y bajo contenido en fibra, antecedentes de pólipos en colon o recto, afecciones hereditarias como síndrome de Lynch o poliposis familiar, antecedentes familiares de cáncer colorrectal (especialmente un padre, hermano o hijo), historia de colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, obesidad, consumo abundante de alcohol, diabetes o tabaquismo.
Los síntomas más alarmantes como en prácticamente todos los tipos de cáncer aparecen en fases avanzadas de la enfermedad: cambios en los ritmos intestinales, diarrea o sensación de tener el vientre lleno, estreñimiento, sangre en las heces, dolor o molestia abdominal, pérdida de peso sin causa aparente, pérdida del apetito, cansancio constante, vómitos.
El cáncer de colon, si se detecta
precozmente, tiene unas expectativas muy positivas. Existen distintas técnicas
y pruebas para detectarlo, como por ejemplo: tacto rectal, sigmoidoscopia,
colonoscopia, estudios genéticos, pruebas de sangre en heces y enema de bario con
doble contraste.
Los tratamientos que se suelen
seguir en estos casos son la cirugía o extirpación de la zona afectada, la
radioterapia o aplicación de rayos de alta energía con la finalidad de destruir
las células malignas, la quimioterapia o administración de fármacos que
destruyen las células cancerosas y la inmunoterapia o estimulación del propio
sistema defensivo del paciente para que sea éste el que elimine las células
dañinas. Aunque estos tratamientos no deberían acarrear graves trastornos, ninguno
de ellos está exento de efectos secundarios, que pueden ser más o menos graves
según el paciente.
En este tema nos
vamos a centrar en el tratamiento quirúrgico, más concretamente en el abordaje
quirúrgico mediante laparoscopia.
1.1 Laparoscopia
La cirugía
laparoscópica colorrectal comenzó a desarrollarse casi al mismo tiempo que la
colecistectomía, realizándose la primera publicación en 1991. Sin embargo, tres escollos principales
han retardado mucho su aplicación generalizada:
1. Su dificultad
técnica. Es una cirugía de múltiples cuadrantes, con anastomosis intestinal,
con necesidad de uso de suturas mecánicas endoscópicas y control de vasos de
gran calibre. Su ejecución requiere emplear con destreza la mano izquierda
y manipular estructuras anatómicas poco
fijas al campo.
2. El predominio
de casos de patología maligna en este campo de la cirugía: desde los primeros
años de la cirugía laparoscópica se describieron implantes de cáncer en las
heridas de trócares, en algunos casos en cifras alarmantes. Este criterio
limitó a los cirujanos a la intervención de pocos casos por enfermedad benigna
e inflamatoria, con frecuencia técnicamente más difícil que la cirugía por
cáncer.
3. La falta de
entrenamiento de los cirujanos colorrectales en procedimientos laparoscópicos
más sencillos, que les facilitasen dar el “salto de gigante” a la cirugía de
colon. Actualmente son necesarios aún bastantes avances tecnológicos y
humanos que disminuyan el esfuerzo extra requerido para la completa práctica de
ésta técnica quirúrgica (en comparación con la cirugía por laparotomía)
incidiendo sobretodo en la enseñanza de los cirujanos, ya que la acumulación de
experiencia disminuye la tasa de complicaciones y conversiones al mismo tiempo
que acorta el tiempo de quirófano y la estancia hospitalaria.
Existen dos tipos de laparoscopia, laparoscopia diagnóstica y
laparoscopia terapéutica (quirúrgica). La diagnóstica, es la que tiene por
objetivo visualizar la cavidad abdominal con la menor invasión posible para hacer
un diagnóstico. Se suele utilizar en casos de dolor abdominal agudo en estudio,
dolor pelviano crónico, sospecha de endometriosis e infertilidad.
En
este caso nos vamos a centrar en la laparoscopia quirúrgica. La cirugía
laparoscópica es una técnica de cirugía mínimamente invasiva, mediante la cual
se puede observar el interior de la cavidad abdominal a través de un sistema
óptico que se inserta por pequeñas incisiones en la pared abdominal.
Para
llevar a cabo la laparoscopia, se hacen unos pequeños orificios de entre 3 a 10mm en la piel, por donde
se introduce a través de los trócares
una minicámara de vídeo dentro de la cavidad donde se va a realizar la
operación. A través de dichos orificios, y utilizando como guía las imágenes que
ofrece la minicámara (con total precisión y proyectadas en un monitor), se
introduce el instrumental necesario para poder intervenir las vísceras dañadas.
Dicho instrumental, sustituye a las manos. Cuando finaliza la cirugía, se
retiran los instrumentos y se cierran los orificios.
Para
llevar a cabo ésta técnica es necesario un gran entrenamiento del profesional y
un instrumental muy sofisticado. También se conoce como “vídeocirugía” debido a
que se realiza con una cámara de vídeo.
Ventajas de la cirugía laparoscópica:
-
Apenas deja
cicatriz (de entre 5 y 10 o 12mm),
-
La
recuperación postoperatoria es menos dolorosa,
-
El transito
intestinal se recupera con más facilidad, reduciendo la estancia hospitalaria
aproximadamente de 1-3 días, lo que implica
a su vez la reducción del coste social del procedimiento ya que el
paciente puede volver antes a su vida laboral,
-
Es más fácil y
cómodo para el cirujano que puede observar las áreas de la cavidad abdominal
que mediante cirugía convencional resultaban muy complicadas de ver,
-
El riesgo de
infección es menor (debido al pequeño tamaño de las heridas), al no abrir ni
abdomen ni tórax,
-
Las
infecciones respiratorias son excepcionales.
Inconvenientes de la laparoscopia:
-
Dificultades
añadidas: casi siempre asociada (porque habitualmente requiere resección) a una
minilaparotomía de un mínimo de 4 ó 5 cm con el objeto de realizar la extracción de
la pieza quirúrgica, o en este caso del tumor.
-
Mayor tiempo
de intervención: Las intervenciones laparoscópicas de colon y recto tienden a
durar entre 2 y 4 horas (hasta 6-7 horas en la colectomía total), incrementando
la duración en 30-120 minutos respecto a la cirugía abierta, con lo que hay
mayor hipotermia (por recambio del gas) y mayor difusión del CO2 insuflado
en el abdomen (posiblemente a través de la herida retroperitoneal).
-
La posición
del paciente en Trendelenburg forzado (en el recto y colon sigmoide) puede
incrementar las dificultades del anestesista para la ventilación mecánica.
-
Existencia de
cirugía abdominal previa: De hecho la incisión en el punto de McBurney por apendicitis u otros
procedimientos abdominales dificulta la mayoría de las operaciones
colorrectales por laparoscopia (tanto la colectomía derecha como la
movilización del colon izquierdo y el recto).
-
Avances
tecnológicos requeridos: adaptación de las pinzas laparoscópicas,
endocortadoras…
-
Costos de los procedimientos:
Es bien sabido que casi todos los procedimientos laparoscópicos tienen un mayor costo
de quirófano que su equivalente en cirugía abierta. Esto es así también en las
enfermedades colorrectales, donde el abordaje laparoscópico incrementa el
tiempo de quirófano y el uso de tecnologías caras (clips, trócares,
instrumental especial de coagulación, endocortadoras, etc).
Indicaciones,
contraindicaciones y técnicas posibles.
Cualquier
enfermedad colorrectal puede ser en principio susceptible de ser operada por
laparoscopia. Las condiciones básicas requeridas, más que del diagnóstico
específico, dependen del paciente y del equipo quirúrgico: la experiencia y el
adiestramiento suficiente, y la dotación tecnológica necesaria.
-
Indicaciones
(colon)
Enfermedad diverticular del colon, pólipos y
poliposis del colon, reconstrucción de Hartmann, enfermedad inflamatoria
intestinal, colitis isquémica, vólvulo de colon, angiodisplasia de colon,
cáncer de colon y cáncer de recto.
-
Contraindicaciones
Hay contraindicaciones absolutas como el
cáncer colorrectal con invasión de órganos vecinos, los trastornos de la
coagulación y la cirugía de urgencias, perforación y hemorragia de colon.
Entre las contraindicaciones relativas
pueden mencionarse los pacientes con múltiples laparotomías en el área a
operar, con tumores malignos de gran tamaño (mayores de 8 cm de diámetro máximo), los
tumores del ángulo esplénico del colon, y algunos tumores de tercio medio de recto
en pacientes con pelvis muy estrecha.
-
Técnicas posibles
Aunque las técnicas más frecuentemente
empleadas son la sigmoidectomía y la hemicolectomía derecha, en realidad
cualquier técnica de cirugía abierta puede realizarse por laparoscopia32-43
(Tabla 2).
2.-PREPARACION
PREOPERATORIA DEL PACIENTE
Antes de que el paciente llegue al
quirófano hay que realizar una serie de procedimientos, tales como la anamnesis
y la exploración física preoperatorios. Algunas de estas tareas pueden
realizarse antes de la hospitalización del paciente, otras deben llevarse a
cabo una vez que el enfermo llega al lugar donde va a ser operado. La preparación
física preoperatoria tiene como finalidad ayudar al paciente a superar con
éxito el estrés fisiológico derivado de la anestesia, el dolor, la pérdida de
sangre y otros líquidos, la inmovilidad y el traumatismo sufrido por otros
tejidos. Tal es el caso de los enfermos que desde un tiempo antes de la
intervención quirúrgica comienzan a tomar medicamentos, sustituyen una
medicación por otra (caso de enfermos anticoagulados en los que se cambia el
sintrom vía oral por heparina subcutánea) o seguir un tipo especial de
alimentación .
Cada intervención quirúrgica lleva
consigo la realización de diversas pruebas preoperatorios, cuyos resultados
deben estar disponibles el día de la operación. Las pruebas de preingreso se
realizan siguiendo las directrices y normas vigentes en cada centro médico,
siendo las siguientes:
- Anamnesis y exploración física general del paciente.
- Pruebas complementarias de laboratorio. Estas pruebas irán dirigidas a determinar los factores de riesgo concretos que puedan afectar a la intervención quirúrgica o a la anestesia, teniendo en cuenta la edad y sexo del paciente, enfermedades preexistentes, tipo de intervención quirúrgica y tipo de anestesia que se va a emplear en el procedimiento.
- Rayos X. Las radiografías preoperatorias pueden realizarse porque así lo exigen las normas del centro médico en el que se va a realizar la operación o porque están médicamente indicadas como complemento de la evaluación clínica del paciente.
- Electrocardiograma
- Consulta con el anestesista: debe realizarse antes de la intervención para que el profesional pueda determinar adecuadamente el tipo de anestesia que se va a utilizar en el paciente y si la fisiopatología que padece el paciente puede interferir con la anestesia .
Las
pruebas que el paciente debe tener hechas antes de encontrarse con el
anestesista son una analítica de sangre, un electrocardiograma y una placa de
tórax ya que en la exploración física que realiza presta especial importancia
al estado del corazón y pulmones.
Esta
visita sirve para que el anestesista conozca los antecedentes de intervenciones
quirúrgicas del paciente y cualquier enfermedad o factor de complicación preexistente,
alergias, reacciones adversas a medicamentos, reacciones a transfusiones
sanguíneas anteriores (si las hubiese)…
Una
vez finalizada la visita, el anestesista hace constar en la historia clínica
del paciente los resultados de la visita y las instrucciones para proceder a la
anestesia, asigna al paciente una puntuación co respecto al riesgo anestésico
en función de su edad y estado de salud (sistema ASA I-V) y por último escribe
las instrucciones para el personal de enfermería, incluyendo la hora a la que
hay que administrar la premedicación.
Hay
que recordar que la visita prequirúrgica con el anestesista tiene una validez
de seis meses, una vez transcurrido ese tiempo, si no se ha realizado la
intervención, se tiene que repetir de nuevo la visita.
Además
de la evaluación preoperatoria del paciente y de la administración y
mantenimiento del intraoperatorio de la anestesia, el anestesista debe evaluar
al paciente durante el postoperatorio, ya que tiene la responsabilidad de
informar al enfermo del cualquier reacción adversa que haya tenido a un
medicamento o agente anestésico, con e fin de que en el futuro pueda informar
al médico y al anestesista en el caso de que deba operarse de nuevo.
Una
vez que el enfermo ha recibido toda la información pertinente por parte del
anestesista, debe firmar un consentimiento informado específico para la
anestesia.
- Consentimiento informado. El enfermo debe firmar el consentimiento informado una vez que el cirujano le haya informado de en qué consiste el procedimiento quirúrgico, sus riesgos, beneficios, y posibles alternativas. Una vez firmado este documento pasa a formar parte de la historia clínica de cada paciente.
Además de todas las pruebas que se
han descrito anteriormente, a los pacientes que se les va a intervenir de
colon, la tarde antes de su intervención a su ingreso en planta se le realizan
los siguientes procedimientos:
- Realización de pruebas cruzadas: se realizan si se prevé la necesidad de transfundir sangre durante la intervención quirúrgica. La enfermera aprovechará este momento para canalizar la vía venosa periférica al paciente, y realizar la valoración de enfermería del paciente al ingreso que ayudará para establecer los diagnósticos enfermeros, la evolución esperada del paciente y el plan de cuidados a seguir. Durante la entrevista también se abordarán las posibles últimas dudas con el paciente con la finalidad de reducir al máximo los riesgos derivados del estrés y que el paciente se sienta lo mas seguro y tranquilo frente a la próxima intervención.
- Ingesta de dieta líquida durante el día previo a la intervención.
- Ingesta de unos 1,5 litros de agua durante el día anterior a la intervención.
- Administración de citrafleet (un sobre con agua a las 12:00 h) para limpiar el intestino.
- Administración de segunda dosis de citrafleet a las 19:00h
- Administración de heparina subcutánea a las 21:00h
- Administración de enema casen a las 07:00h el mismo día de la intervención para limpiar la ampolla rectal.
- A partir de las 00:00h y durante el día de la intervención el paciente seguirá una dieta absoluta.
En cuanto a la preparación mecánica
del colon, la profilaxis antibiótica que se le administra al paciente en planta
antes de ser intervenido es la siguiente:
- Se decide incluir la Neomicina en el protocolo de antibióticos, en el primer grupo de antibióticos de libre prescripción.
Neomicina: la víspera de la intervención, 1gr
vía oral a las 8, 16 y 24 horas.
- 30 minutos antes se administrará:
Cefotaxima: 2gr IV manteniéndose esta dosis
a las 4 horas tras la intervención, y posteriormente cada 8 horas durante las
48 horas tras la intervención.
- Alternativa a la cefotaxima:
Aminoglucosido (gentamicina o tobramicina):
100mg IV
Clindamicina: 600mg una hora antes de la
intervención, repitiéndose dicha posología cada 8 horas durante 48 horas
después de la intervención.
Una vez realizados todos estos
procedimientos el paciente estará listo para la intervención y el personal de
enfermería solo le quedará comprobar los resultados de la anamnesis,
exploración física y pruebas complementarias. Asimismo, se comprueba el
consentimiento informado y se confirma que
todos los datos pertinentes son los correctos para evitar errores.
El traslado lo realiza el celador,
previa orden del médico o de la enfermera. El paciente espera en el
antequirófano para que la enfermera de quirófano compruebe las condiciones y
preparación del paciente, revisando la hoja de enfermería y si existe alguna
duda o anomalía en la preparación del paciente, se subsanará antes de la
intervención y se comunicará al responsable del área.
3.-
ANESTESIA OPERATORIA
PRELLEGADA DEL
ENFERMO QUIRÚRGICO
La anestesia general, con intubación
endotraqueal y ventilación se utiliza
con la finalidad de conseguir un estado de inconsciencia total en el enfermo,
combinando fármacos y gases que se inhalan y está recomendada en el caso de cirugía
por laparoscopia.
Las ventajas del
tubo endotraqueal y la relajación muscular adecuada son la protección para
evitar la aspiración de contenido gástrico.
Se administran por vía endovenosa y producen
un bloqueo de todas las sensaciones de dolor u relajación muscular, para
permitir la realización de la intervención quirúrgica.
La anestesia
general consta de cuatro fases: premedicación, inducción, mantenimiento y
reversión.
Los objetivos de la
anestesia son la pérdida de la conciencia, analgesia total del cuerpo, amnesia,
relajación muscular y conseguir la reversión total después de la anestesia.
Los fármacos y
gases relacionados con cada una de las fases de la anestesia general son los
siguientes:
ü
Premedicación:
ansiolíticos (benzodiacepinas agonistas como el midazolam, diazepam, lorazepam…)
ü
Inducción:
analgésicos mórficos (fentanilo, remifentanilo, alfentanilo, sufentanilo…),
hipnóticos (propofol, ketamina, benzodiacepinas…), relajantes musculares
(atracurium, cistracurium, mivacurium, vecuronio, rocuronio…).
ü
Mantenimiento:
hipnóticos endovenosos (propofol), hipnóticos por vía inhalatoria (sevoflurano,
protóxido, isoflurano, halotano, desflurano, xenón…), analgésicos mórficos y
relajantes musculares (disminuye la presión respiratoria y minimiza los efectos
en la hemodinámica y el riesgo de neumotórax).
ü
Reversión
de la anestesia: antagonistas de las benzodiacepinas (flumacenil), antagonistas
de los relajantes musculares (neostigmina) y antagonistas de los mórficos
(naloxona).
Realización técnica del procedimiento
1. Prellegada
del EQ (enfermo quirúrgico)
Comprobar el
perfecto funcionamiento de la tecnología, preparar el material necesario para
llevar a cabo la ventilación mecánica invasiva, balón de ventilación, e
intubación endotraqueal y comprobar que la documentación del enfermo está completa
y que la historia preanestésica esté correcta.
Registros: en la
hoja circulante ha de constar los datos
del enfermo, diagnóstico, alergias, IQ, tipo de anestesia, cirujanos,
anestesiólogos, inicio y finalización de la estancia del enfermo en el bloque
quirúrgico.
2. Llegada del
paciente al bloque quirúrgico
Comprobar la
identidad del enfermo, informarle a él o a la familia (en caso de que se trate
de un menor de edad, persona tutelada o que no quiera tener información acerca
de su intervención), comunicar al enfermo las sensaciones que experimentará en
las fases preoperatoria, intraoperatoria y postoperatoria (ayudándole de esta
manera a identificar lo que puede suceder y lo que cabe esperar), comprobar el
diagnóstico y la IQ
a realizar, confirmar que el enfermo
está en ayunas, extracción de prótesis dentales móviles, oculares o auditivas,
canalizar una vía venosa y administrar la premedicación del paciente.
3. Enfermo
quirúrgico en mesa quirúrgica.
Monitorización del
paciente, inducción de la anestesia y oxigenación, intubación endotraqueal,
conexión del tubo endotraqueal a la
VMI (ventilación mecánica invasiva), fijación del tubo,
comprobar que la posición quirúrgica es la adecuada, verificar todos los
sistemas de alarmas, reversión en función de cada caso, extubación del
paciente, oxigenoterapia tras la extubación, traslado del paciente a la unidad
de reanimación postquirúrgica.
Registros:
-
Hoja de
anestesia: inicio del procedimiento anestésico, inicio del IQ, medicación y
gases administrados, y durante cuanto tiempo, sistema o circuito de VMI,
registro de constantes, complicaciones e incidencias, ya sean quirúrgicas o
anestésicas.
-
Hoja de
enfermería: En la hoja de enfermería, catéteres vasculares (si son venosos o
arteriales), antibióticos y horario, hemoderivados, sondas, drenajes, posición
quirúrgica.
-
Hoja de la
enfermera circulante: datos del enfermo, diagnósticos, procedimientos
quirúrgicos, tipo de anestesia, cirujano/s, anestesiólogo/s. Enfermera
instrumentista: inicio y finalización de la estancia del EQ en el BQ , recuento
de gasas, pruebas de laboratorio, de anatomía patológica o de radiodiagnóstico,
destino del paciente(sala hospitalaria, UCI, unidad de Reanimación…).
Una vez hemos explicado el
procedimiento a seguir para la aplicación de la anestesia general, vamos a
explicar como se realiza la anestesia epidural, ya que la anestesia epidural
puede ser más ventajosa debido a que reduce las complicaciones relacionadas con
la anestesia, como la neumonía, atelectasias y menos dolor postoperatorio. En
los pacientes operados de colon se aplica una vez finalizada la intervención
para que el postoperatorio sea menos doloroso en el paciente.
Anestesia epidural con catéter
Consiste en la
introducción, mediante aguja, de anestésico local en el espacio epidural, que
se halla entre el ligamento amarillo y la duramadre y que contiene grasa,
tejido linfático y venas epidurales, introduciéndose posteriormente un catéter
a través de la aguja.
El inicio del
bloqueo es más lento que en la inyección intradural, ya que el anestésico llega al líquido
cefalorraquídeo mediante su captación a través de la duramadre.
Puede usarse en
intervenciones quirúrgicas largas, ya que puede reinyectarse anestesia a través
del catéter.
Los
recursos necesarios son los mismos que se utilizan en cualquier administración
de anestesia regional, añadiendo el kit de punción con catéter (aguja de Tuohy
de 17 G o
18 G,
catéter multiperforado de 19 G
o 20 G,
jeringa de 5, 10 y 20 cc, jeringa de baja resistencia, una aguja hipodérmica,
una aguja de carga y un filtro antibacteriano) y dos fármacos obligados
(atropina y efedrina).
Realización
técnica del procedimiento:
Comprobar la identidad del enfermo,
comunicarle las sensaciones que experimentará (en las fases preoperatoria,
intraoperatoria y postoperatoria) ayudándole de esta manera a identificar lo
que puede suceder y lo que cabe esperar, confirmar el diagnóstico y la
intervención quirúrgica a realizar, disponer todo el material necesario,
cerciorarse que el enfermo está en ayunas, extracción de prótesis dentales
móviles, guardarlas prótesis, canalizar una vía venosa, monitorización del
paciente, comprobar que la posición quirúrgica del enfermo es la adecuada,
verificar los sistemas de alarmas, colaborar con el anestesiólogo a lo largo de
toda la intervención.
El paciente se colocará sentado, con la espalda
flexionada, o en decúbito lateral con las piernas flexionadas para recibir la
anestesia.
Una
vez administrada la misma se deben seguir los siguientes controles:
Seguir las medidas generales
de asepsia, atender las precauciones estándar de limpieza y desinfección,
comprobar que las agujas se han colocado en el recipiente adecuado, seguimiento
del PE de gestión de residuos, identificación absolutamente correcta del EQ y
de la IQ a realizar,
control de los fármacos suspendidos y/o pautados, comprobación del perfecto
estado de la tecnología y de los equipos que se van a utilizar, verificar
específicamente el buen funcionamiento del desfibrilador (por si hubiera algún
tipo de complicación).
En cuanto al
paciente, se deben controlar las constantes vitales, el tapón del filtro
antibacteriano (que su extremo interno no se contamine con alguna superficie no
estéril), atención a la posibilidad de hipotensión por bloqueo del simpático
torácico (lo cual requeriría efedrina y sueroterapia activa), atender también a
la posibilidad de bradicardia (que requeriría atropina), y controlar las
complicaciones potenciales.
Complicaciones:
-
Relacionadas
con la punción: que la punción sea dural o subaracnoidea y pase inadvertido,
traumatismo de la médula espinal, hemorragia o hematoma epidural, parestesias,
cefalea postpunción dural(suele durar entre veinticuatro-cuarenta y ocho
horas), infección (local, aracnoiditis, meningitis, absceso…)
-
Relacionadas
con el catéter: imposibilidad de pasar el catéter, salida accidental, inserción
del catéter en una vena epidural.
-
Relacionadas
con los fármacos administrados: derivados de los anestésicos locales pueden
surgir trastornos del ritmo, convulsiones, hipotensión y raramente PCR.
Derivadas de los opiáceos pueden producirse náuseas, íleo paralítico (por
bloqueo simpático), retención urinaria (por bloqueo simpático), depresión
respiratoria en EQ con EPOC y obesidad mórbida.
Registros:
En la hoja de enfermería, catéteres
vasculares (si son venosos o arteriales), antibióticos y horario,
hemoderivados, sondas, drenajes, posición quirúrgica.
Hoja de enfermera
circulante: datos del EQ, diagnósticos, alergias, IQ, cirujano/s,
anestesiólogo/s.
Hoja de enfermera
instrumentista: inicio y finalización de la estancia del EQ en el BQ , recuento
de gasas, pruebas de laboratorio, de anatomía patológica o de radiodiagnóstico,
destino del EQ (sala hospitalaria, UCI, Unidad de Reanimación…).
Hoja de anestesia:
inicio del procedimiento anestésico, anestésicos utilizados, inicio del la IQ, fármacos administrados, y
durante cuanto tiempo, registro de constantes, complicaciones e incidencias, ya
sean quirúrgicas o anestésicas.
MORBILIDAD
POSTOPERATORIA
Todos los pacientes deben recibir oxígeno
postoperatoriamente, ya que la liberación lenta del dióxido de carbono de los
tejidos puede resultar en hipoxia.
Los signos vitales
deben ser monitorizados en la sala de recuperación.
4.-
INTRAOPERATORIO POR LAPAROSCOPIA
Una vez el paciente ha sido
anestesiado comienza el tiempo de la intervención quirúrgica en si, para ello el paciente siempre se coloca en decúbito
supino, y no son necesarias las posiciones de semidecúbito lateral. Si en la
mayoría de los procedimientos quirúrgicos laparoscópicos, la posición de la
mesa quirúrgica es fundamental, más aún lo es en cirugía de colon, donde la
extensión del procedimiento y, sobre todo, la relación anatómica con el
intestino delgado es tan extensa.
No existe separador laparoscópico alguno capaz
de realizar la función que una compresa quirúrgica bien colocada y la mano de
un ayudante realizarían en una laparotomía. El único separador laparoscópico
posible es la fuerza de la gravedad: esto exige posiciones forzadas de la mesa
quirúrgica: Trendelenburg, anti-Trendelenburg, decúbito lateral derecho o
izquierdo. En esas posiciones, es necesario sujetar al paciente para evitar su
desplazamiento en la mesa quirúrgica (en algún caso con riesgo de caída al
suelo). Hay diversos modos pero los más empleados son topes de mesa en los
hombros, tope en el periné y cinturón fijo a la mesa abrazando al paciente a la
altura de las caderas o el tórax. Adicionalmente pueden dejarse separadas las
piernas del paciente para que el cirujano pueda realizar alguna de las fases de
la intervención desde el periné (por ejemplo, el abordaje del colon transverso
y del ángulo esplénico del colon).
Formación
del Neumoperitoneo
El
primer paso para efectuar cirugía laparoscópica es la inducción del
neumoperitoneo que permite crear un espacio en el abdomen para efectuar los
procedimientos quirúrgicos en un ambiente seguro y con riesgos mínimos para el
paciente.
Un
neumoperitoneo adecuado facilita la cirugía y evita complicaciones peligrosas e
incluso mortales por lo que es importante poner especial cuidado en su
inducción y mantenimiento durante la cirugía
El gas de insuflación ideal para el
neumoperitoneo (presencia de aire libre en la cavidad peritoneal) debe ser no
tóxico, incoloro, rápidamente soluble en la sangre, fácilmente ventilado a
través de los pulmones, no inflamable y económico.
La entrada al abdomen se realiza a través de
la aguja de Veress y la insuflación del CO2 es aproximadamente 3-4 l en el adulto, para mantener el neumoperitoneo durante la
cirugía.
Efectos de la
realización del neumoperitoneo en los diferentes sistemas del organismo:
- SISTEMA RESPIRATORIO
La insuflación abdominal con dióxido
de carbono y la posición de Tredelenburg durante la laparoscopia, incluso si es
mantenida por un corto período de tiempo, puede causar serios cambios
fisiológicos en los mecanismos respiratorios, volumen pulmonar e intercambio de
gas, con un riesgo consecuente para el paciente.
- EFECTO DEL CARBOPERITONEO EN LA FISIOLOGÍA DEL SNC
La presión intracraneal se eleva
durante las cirugías laparoscópicas principalmente debido a la presión
intraabdominal elevada en la fase temprana y más tarde a los efectos químicos
de la hipercapnia. Esto puede ser exacerbado adicionalmente en la posición de
Trendelenburg.
La laparoscopia en
pacientes con traumatismo o edema cerebral, puede producir un incremento en
presión intracraneal.
La presión
intracraneal puede no disminuir con la hiperventilación e hipocapnia, pero la
hipercapnia agrava esta elevación y deber ser evitada.
Debe tenerse en las
cirugías prolongadas en la posición de Trendelenburg, principalmente en
pacientes con patologías neurológicas co-existentes.
- SISTEMA RENAL
El flujo sanguíneo renal está
ampliamente comprometido durante la cirugía debido a la combinación de varios
factores. Se debe recordar ésto particularmente en pacientes con función renal
alterada y en cirugías de larga duración. Se puede necesitar adoptar
estrategias de protección renal. La restricción de la presión intracraneal y el
uso juicioso de diuréticos pueden ser necesarios para aumentar el flujo
sanguíneo renal en casos especiales.
La presión
intraabdominal es el principal determinante del flujo sanguíneo renal durante
la laparoscopia.
Es
imprescindible monitorear el gasto
urinario en la cirugía laparoscópica prolongada.
Colocación
de los trócares
Siempre los trócares deben
introducirse rodeando en semicírculo el área a operar, a una distancia que no
quede ni cerca ni demasiado lejos de la zona afectada , y buscando que el
ángulo de los dos instrumentos del cirujano esté en torno a 60º (nunca más de
90º ni menos de 30-40º). Fuera de estas indicaciones, se debe evitar que las
vainas de trócar pasen por el centro de los músculos rectos anteriores del
abdomen, para evitar lesionar los vasos epigástricos. En función de los
instrumentos a usar, el calibre de los trócares será de 12 mm, 10-11 mm ó 5-6 mm: para esto, se
tendrá en cuenta que la óptica es de 10 mm, los clips de 10 ó 12 mm, las endograpadoras de 12 mm y la mayoría de los
demás instrumentos de 5 mm.
Suelen bastar 4 trócares, aunque la movilización del ángulo esplénico del
colon, la resección baja de recto y la colectomía total con frecuencia
requieren de 5 trócares. El calibre de las vainas de trócar será de 5-6 mm, excepto aquellas que
deban dar entrada a la óptica, al porta clips o a las endocortadoras; esas
entradas serán de 10-11 mm
o de 12 mm.
En general, el cirujano y
el primer ayudante deben estar posicionados al lado opuesto del segmento de
colon a operar, de modo que la visión del cirujano sea en el mismo sentido que
el movimiento de los instrumentos.
Sólo queda añadir
que la herida de asistencia debe ser protegida del roce con la pieza quirúrgica,
empleando un protector de plástico: esto es importante, no sólo para evitar la
siembra tumoral en la herida en casos de cáncer,(evitando así posibles
recidivas del mismo) sino también para reducir las posibilidades de infección
de herida.
DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA QUIRÚRGICA EN
SIGMOIDECTOMÍA LAPAROSCOPICA
El paciente se sitúa en posición de litotomía con sujeciones
para el decúbito lateral derecho y en los hombros para el Trendelenburg forzado. El cirujano se sitúa al lado derecho
del paciente.
TIEMPO 1. Entrada laparoscópica. Exploración del abdomen. Sección
vascular.
La primera entrada
para la óptica suele ser umbilical (tipo Hasson o Veress. Imagen 8). Serán
necesarias otras 3 entradas: una de 5 mm en fosa iliaca izquierda (FII) para el
ayudante, otra de 5 mm
en vacío o flanco derecho (FD) para la mano izquierda del cirujano y una de 12 mm en FID para los instrumentos
de la mano derecha del cirujano (endocortadoras, (imagen 9) Ligasure, disector
ultrasónico, etc.) (Fig. 2).
Los instrumentos más útiles son los
mismos que en la colectomía derecha: las pinzas de agarre atraumáticas, el disector
tipo Kelly, el gancho-disector y los instrumentos de sellado vascular. La
mayoría de los grupos quirúrgicos suelen hacer abordaje medial, tanto si se
trata de un cáncer como si es por enfermedad benigna, puesto que la
identificación de las estructuras principales es más sencilla por esta vía
(origen y ramas de la arteria mesentérica inferior y uréter izquierdo). Tras
disecar y seccionar (habitualmente tras separar el uréter izquierdo) la arteria
mesentérica inferior al nivel que corresponda en cada caso (cáncer o enfermedad
benigna), con endocortadora, clips o Ligasure, se moviliza medialmente todo el
colon izquierdo que corresponda en cada caso y el recto hasta cerca del fondo
de saco de Douglas. Después se aborda la pieza quirúrgica lateralmente, con
sección de las fijaciones peritoneales del sigma, de la fascia de Toldt y del
peritoneo de la pelvis menor por la izquierda en las inmediaciones del uréter,
que debe ser nuevamente protegido de una posible lesión térmica.
Una vez hecha la movilización, se
procede a la sección del recto con endocortadora de 60 mm de longitud y grapas de
3,5 mm
. En caso de sigma corto o de precisarse resección parcial del colon
descendente (p. ej. por enfermedad diverticular o cáncer de colon descendente)
será necesario practicar una hemicolectomía izquierda completa
movilizando el ángulo esplénico del colon, y para eso es necesario añadir otro
trócar en epigastrio para levantar el epiplón mayor, acceder a la transcavidad
de los epiplones, seccionar completamente la fascia de Toldt y bajar el ángulo
esplénico.
TIEMPO 2. Movilización y sección del sigma.
La resección se completa de forma
análoga a la cirugía abierta exteriorizando el colon fuera del abdomen, bien a
través de una herida suprapúbica, bien ampliando la entrada umbilical a demanda
del tamaño de la pieza (de 4 a
8 cm), o
bien a través de una herida tipo McBurney izquierdo. Esta última opción de
herida de asistencia es la preferida cuando se trata de un tumor alto del
sigma, situaciones en las que no es necesario alcanzar el recto para la
anastomosis: en estas situaciones puede hacerse la anastomosis de forma manual
a cielo abierto a través del McBurney izquierdo. En cualquier otra situación,
la anastomosis se realiza por vía laparoscópica, cerrando la herida de
asistencia, restableciendo el neumoperitoneo con la posición de Trendelenburg y
haciendo una anastomosis colorrectal mecánica con la grapadora circular introducida
por vía anal (técnica de doble grapado). Después se coloca un drenaje Jackson
pratt hacia el hueco pélvico y se extrae por el trocar de 10mm en fosa iliaca
derecha.

TIEMPO 3. Realización de ileostomia en asa (Figura 1) para la
protección temporal de la anastomosis colorrectal por alto riesgo de desinencia
de la sutura.
Técnica: Lo habitual es que estos
pacientes requieran de una ileostomía temporal mientras el reservorio se
acomode y cicatrice en la cavidad pelviana, En general en estos casos se
construye una ileostomía en asa, que requiere de una cirugía local para
reconstruir el transito. (8) semanas después de construida. La ileostomía en
asa de fácil construcción, se extrae un asa de intestino delgado a través de
una apertura en la pared abdominal, que puede realizarse con o sin vástago.
Este vástago se deja por 7 días hasta que la serosa de intestino delgado se
adhiera al celular y a la aponeurosis. Para que la ileostomía quede protruida,
se efectúa un corte en el borde antimesentérico de la porción distal de
intestino delgado y se evierte sobre la porción proximal quedando protruida 2 a 3 cm., posteriormente se
suturan los bordes del intestino a la piel de la ostomía.
ROL DE ENFERMERÍA DURANTE LA INTERVENCION
QUIRURGICA
ENFERMERA CIRCULANTE:
• Monitorizar y
colocar al paciente en decúbito supino, brazos extendidos en
cruz, piernas en
perneras.
• Realizar sondaje
vesical con bolsa horaria y colocación placa bisturí.
• Proporcionar a
la enfermera instrumentista lo necesario en el campo
quirúrgico
• Control del
contaje de gasa y compresas
• Recogida e
identificación de muestra A.P.
• Registrar la
actividad quirúrgica.
• Trasladar al
paciente al servicio de UVI ,Unidad de Reanimación, aportando toda la
información sobre
su historia
clínica y la intervención quirúrgica realizada.
ENFERMERA INSTRUMENTISTA:
• Preparar el
instrumental y material necesario.
• Colocación del
campo estéril y las cajas. Para la realización del campo estéril se emplean dos
campos grandes laterales, uno cefálico, otro perineal, dos perneras o dos
campos grandes y un campo pequeño para cubrir los genitales.
En todos los casos
la instrumentista debe preparar un bolsillo de tela, similar a la bolsa de electroaspiración
utilizada en las cirugías convencionales, en donde el cirujano colocará las
pinzas de uso más frecuente.
• Lavado de manos
quirúrgico
• Mantener la
esterilidad del material y del campo quirúrgico durante
todo el proceso
quirúrgico.
• Control de
contaje gasas, compresas e instrumental.
• Limpiar y
desinfectar la herida quirúrgica con Povidona Iodada.
PREPARACIÓN DEL
MATERIAL EN CIRUGIA LAPAROSCOPICA
MATERIAL:
• Torre de laparoscopia
·
Monitor
·
Fuente de luz
·
Cable
transmisor de luz
·
Insuflador
automático de dióxido de carbono
·
Video
grabador y video printer (su uso es opcional , permiten documentar las cirugías
para tareas posteriores científico-docentes)
·
Electrocauterio
(puede estar montado en la torre o no pero es indispensable para cualquier
procedimiento laparoscópico)
• Caja de laparoscopia.
Según su función se divide en:
·
Instrumental de abordaje: es el que posibilita el acceso a la cavidad
abdominal. Se incluyen en este grupo la aguja de Veress (imagen 8) y los
trocares y reductores que permiten la introducción del instrumental.
·
Instrumental de sección: es el empleado para seccionar los tejidos, como las
tijeras rectas y curvas.
·
Instrumental de prensión: incluye los graspers de mandíbulas fuertes o
delicadas, los clamps, y las pinzas de Allis, Aro Foerster entre otras.
·
Instrumental de hemostasia
·
Instrumental de ligadura y sutura: en este grupo se incluyen las ligaduras (lazos preformados),
las pinzas bajadoras de nudo, las clipadoras reusables o descartables y los
portaagujas (el diámetro de los cuales
suele oscilar entre 3.5-10mm). Las suturas más utilizadas suelen ser las
suturas Gia y Endo-gia
·
Instrumental de retracción
• Caja de
laparoscopia auxiliar de laparoscopia.
• Kit Laparoscopia
(funda, cable neumo y líquido anti-empañado)
• Óptica de 30º.
• Separador de
Balfour. (imagen 22)
• Caja de
laparotomía, en caso de ser necesario por complicaciones durante la laparoscopia.
• Sistema de
aspiración/irrigación, y SF 3000cc.
• Pinza Ethicon Harmonic 36x15 mm.
• Grapadora lineal
articulada Ethicon 55G.
• Grapadora circular
curva Ethicon 25,29,33 mm.
•
Endoguia con carga blanca 35 ó 45 mm.
•
Suturador eléctrico Ligasure 5
mm.
INSTRUMENTACIÓN CONVENCIONAL:
El
quirófano debe estar equipado con una caja de instrumental convencional para resolver
una posible e inminente conversión (pasaje o transformación en el mismo acto
quirúrgico, de una técnica laparoscópica a una técnica convencional, ya sepa
por una eventual complicación, por variaciones anatómicas…)
Para
llevar a cabo una cirugía por laparotomía el instrumentador debe disponer en la mesa del instrumental
indispensable para el embrocado del campo, la extracción de la pieza (si la
hubiera) y el cierre de los planos.
Una
vez terminada la intervención, la enfermera de quirófano cumplimentará la hoja
de enfermería del área de quirófano y a continuación el paciente se traslada a
REA acompañado de una enfermera.
CUIDADOS POSTOPERATORIOS
DEL PACIENTE
Una vez realizada la intervención
quirúrgica el paciente es ubicado en la unidad de Reanimación, situada en las
proximidades de quirófano.
Estas unidades están dotadas de un
monitor cardíaco, un pulxiosimetro, un dispositivo para la medición de la
presión arterial, aparato de aspiración y un equipo de administración de
oxígeno, también debe disponer de otros materiales y equipos como los carros de
parada y desfibriladores.
La razón por la que
el paciente con intervención de colon ingresa en esta unidad es que necesita
ser monitorizado mediante la colocación de los electrodos del ECG, el terminal
del pulxiosimetro y un manguito para la toma de la presión arterial por la
enfermera de la unidad durante un
periodo de tiempo oportuno tras la intervención.
Los cuidados en la
unidad de Reanimación incluyen mantener una ventilación adecuada, prevenir el
shock y aliviar el dolor, respetando las órdenes médicas postoperatorias del
cirujano y el anestesista en lo referente a los requerimientos de
monitorización, oxigenoterapia, fluidoterapia, antiálgicos y otras
consideraciones especiales.
En la unidad de
Reanimación, el estado del paciente se puntúa según las constantes vitales, el
nivel de actividad y el nivel de conciencia, y finalmente el responsable del
alta de esta unidad es el médico que puede otorgarla directamente o aprobar los
criterios del alta para que la enfermera de la unidad pueda utilizarlos a la
hora de determinar si el paciente está listo para ello.
En el perioperatorio y en el
postoperatorio se realiza sistemáticamente la profilaxis de las complicaciones
tromboembólicas, que es preciso mantener durante la intervención. La duración
de esta anticoagulación profiláctica depende del estado y los factores de
riesgo del paciente.
Conviene mantener la vía venosa
periférica durante 2-3 días de modo que se pueda completar la hidratación o
posibles efectos adversos, si fuera necesario.
CONSEJOS AL PACIENTE
Actividad
(movilización y ejercicio)
Evitar ejercicios y
movimientos bruscos que puedan afectar la zona donde se ha realizado la
intervención. Evitar los esfuerzos que impliquen el uso de la musculatura
abdominal durante un periodo de 3 meses con la intención de reducir el riesgo
de eventración.
El paciente
deambula el día siguiente a la intervención.
Dolor
Puede tomar
analgésicos si existe dolor--previa prescripción por su médico—No son
aconsejables las aspirinas.
Higiene
Puede realizar su
higiene habitual pasadas 48 horas, con champús o jabones cotidianos, secando
cuidadosamente la herida con una toalla seca y limpia, sin frotar.
Alimentación
Su reanudación está
indicada en el postoperatorio (primer día) y permite la rehabilitación precoz
del paciente. Debe hacerse en función del apetito del paciente y tiene la
ventaja de facilitar la reanudación del tránsito intestinal.
Revisión
y curas
·
Acudirá
a su Centro de Salud para realizar la primera cura a las 24-48 horas.
·
Posteriormente
las curas se realizarán en el domicilio en días alternos.
·
Lavar
la herida u heridas con agua y jabón, puede usarse también suero fisiológico.
·
Secar
muy bien la herida y alrededores y aplicar un antiséptico sobre ella.
·
Se
valora la retirada de las grapas y/o puntos de sutura a los 10 días de la
intervención.
Observaciones
Si presenta dolor
intenso, fiebre alta mantenida (más de 38ºC) o hemorragia, deberá acudir a
urgencias o a su Centro de Salud.
Ante cualquier duda
o problema, consulte con su enfermero/a y/o médico.
OBJETIVOS DE NUESTRO TRABAJO:
·
Proporcionar
conocimiento sobre el cáncer colorrectal y sus tratamientos.
·
Conocer la
técnica laparoscópica.
·
Conocimiento
del protocolo quirúrgico aplicado en el CHUA.
·
Transferencia
de conocimientos a personal de nueva incorporación.
BIBLIOGRAFÍA
1)
Ruíz
Moreno J, Martín Delgado MC, García-Penche Sánchez R. Bloque Quirúrgico, Prellegada
del enfermo quirúrgico. En: Corcuera Romero de la Devesa R, Izcara Bravo G,
Uzcudum Gómez ML. Procedimientos y
técnicas de enfermería. Barcelona: ediciones
ROL; 2006. p.425-431.
2)
Ruíz
Moreno J, Martín Delgado MC, García-Penche Sánchez R. Bloque Quirúrgico,
Prellegada del enfermo quirúrgico. En: Corcuera Romero de la Devesa R, Izcara Bravo G,
Uzcudum Gómez ML. Procedimientos y técnicas de enfermería. Barcelona: ediciones
ROL; 2006. p.438-440
3)
Editorial
AMOLCA 2010.Prólogo BK Rao.Título: Anestesia en Cirugía
Laparoscópica.Autores:
Jayashree Sood, Anil kumar Jain copyright 2007
4)
Crawford
JM. Aparato gastrointestinal. En: patología estructural y funcional. 6º ed.
Madrid: McGraw-Hill interamericana; 2004 .p. 861-874
5)
Fortunato
Philips N. Preparación preoperatoria del paciente. Técnicas de Quirófano.10º
Ed. Madrid: Editorial Elselvier; 2005 .p.366-383
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enfermedades colorrectales”.En : “Cirugia minimamente invasiva”. Anales del
sistema sanitario de Navarra.Hospital de Navarra. Pamplona. Vol.28, suplemento
3, 2005.pp.66-81
7) Eduardo
Villanueva-Sáenz,Ernesto Sierra-Montenegro, Moisés Rojas-Illanes,Juan Pablo
Peña-Ruiz Esparza,Paulino Martínez Hernández-Magro, Luis Enrique
Bolaños-Badillo. "Doble engrapado en cirugia colorrectal". Cirugía y Cirujanos, enero-febrero, año/vol. 76,
número 001 Academia Mexicana de Cirugía Distrito Federal, México pp. 49-53
8) Pontificia Universidad Catolica de Chile.
Escuela de medicina.“Ostomías”
[online]: Manual de patologia quirurgica. (consultado el 12 de Marzo de 2011).Disponible
en: http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/patolquir/PatolQuir_023.html
9) Myriam N. Salas y Carol M, Wanger. “Cirugía laparoscópica”.En: Broto,
Mónica Graciela “Instrumentación quirúrgica”. 1ª ed. Buenos Aires ; Madrid
: Editorial Médica Panamericana, 2007. Volumen 1. Capitulo 16. pp 521-563
10)
Castells Garangou A, Piqué Badia JMª. Problemas del tracto
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Medicoquirúrgica . 6ºed. Madrid : Elselvier; 2004 .p. 1110-1142.
11)Fortunato Philips N. Cuidado del paciente
postoperatorio. Técnicas de Quirófano. 10º Ed. Madrid: Editorial Elselvier;
2005 .p. 597-604
Que impresionante, tendré una intervención en unos meses.
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